24 dic 2006

Neverwas

Mi reino, mi lugar, mi casa.
Durante mucho tiempo estuve encerrada en un lugar donde me creían demente, alienada, perturbada.
Nunca fuí de las personas con capacidad de expresión avanzada, siempre los sentimientos nublaron mi juicio para elegir las palabras correctas. Dar a entender lo que tenía en mi mente, fué una batalla que nunca gané. Quizás por mi ambivalencia crónica, mis titubeos constantes, mi ansia de comunicar cómo era mi Neverwas.
Me encontré girando en una caída libre, girando hacia adentro, hacia atrás, deshaciendo y volviendo a hacer. Nadie creía que existiera, era la única que lo veia.
Las respuestas eran confunsas.
Escapé del asilo en medio de la noche. Salté al vacío donde no caí, floté. Llegue volando en mi traje de Hada, me escoltaron los duendes y volví a mi trono, a mi espada, a mis caballeros y a mi solemne menester de gobernar a las criaturas que nunca existieron, aconsejar a los que nunca vivieron, a escuchar a los que nunca estarán

1 comentario:

Pachuco King dijo...

Realmente tu escape fue tal, yo te vi entre rejas y te vi libre también, y aunque te lo dije ya, me alegra tanto tanto verte todavía vestida de rosa con tules rodeada de tus verdes duendes y tu caballero. Sin haber renunciado a tu espada y nunca más dueña de tu trono.