Mi espalda desnuda extraña tu mano.
Me siento al borde de la cama y miro tu lugar vacío. Mi soledad tiene rastros de vos, tiene tu olor y tu tacto. Prenderme en el abismo, apagarme con tu espacio, salir de la oscuridad para no encontrar tu mirada, hace que vuelva a sumergirme en el llanto.
Al borde del cambio, dolor, vacío, confusión y vuelta al dolor.
Mis botas de aguja no llaman tu atención, mis medias de red quedaron perdidas en el fondo del cajón junto con el deseo que no volviste a llamar.
Me ducho, me peino, me perfumo para rendirle honor a tu ausencia, espero que en tu mundo, al menos, otra Chica Bond prenda ese fuego.
13 mar 2007
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