Tura Satana

Quizás fué un sueño de otra vida, un recuerdo de un mundo lejano, o un juego perverso de mi imaginación. Desperté en otro cuerpo, un cuerpo que no era mío, no conocía su piel, ni tampocosu perfume, era un cuerpo más grande que el mío.
Pasé de un estado de shock, a un estado de pánico, recorrí suavemente la piel encontrando el punto exacto, donde se unen los miedos y el desconcierto, la intriga y la excitación, el dolor y el placer, pasé por todos los estados en un microsegundo. Corrí hacia una ventana, puse mi cuerpo en el vacío. quise lanzarme a lo profundo pero no pude caer.
Algo que no puedo describir me sostuvo, me hizo flotar en el aire, como en una cámara de skydiving indoor. Esa fuerza me elevaba, me hacía girar, planear, girar, doblar, sentir, morir, vivir, dejar y volver a tomar.
Al minuto siguiente o a los cinco años, no puedo precisar, me encontré de espaldas a un espejo, no estoy segura de haber querido saber qué cara tenía ese cuerpo, no recuerdo tampoco cuándo me enfundé en un catsuit negro, ni cuando pasé a ser esa, la ponderosa, la gata, la diosa, cuándo me dí cuenta que era yo, Satana.